Danzas Climáticas, Amanda Piña.10 marzo, Chile.
Sinopsis
A través de la danza, la obra toca diferentes nociones en torno a la tierra desde la biografía de la artista, en la Cordillera de Los Andes centrales de Chile, hoy amenazada por la extracción minera. El montaje se inspira en danzas del altiplano mexicano, que realizan un viaje hacia las profundidades de la montaña y hacia el reencantamiento de la geología. De esta manera, busca practicar nuevas formas ancestrales de relacionarse con el mundo vivo en los cuerpos de las personas de cada ciudad donde se presenta.
La pieza incluye un taller de danza previo a las presentaciones públicas, con los participantes incorporándose al espectáculo en el escenario durante el final de la performance.
Ficha Técnica
Dirección artística, coreografía: Amanda Piña | Coreografía, transmisión: Juan Carlos Palma | Actuación en directo: Amanda Piña, Daniella Santibañez, Carolina Cifras | Música/ composición sonora: Christian Müller | Diseño integral, iluminación y escenografía: Michel Jiménez | Vestuario: Julia Trybula | Comentarios dramatúrgicos: Matilde Amigo | Mapeado de vídeo: Xavier Gibert Mateu | Investigación, teoría: Alessandro Questa, Amanda Piña, Juan Carlos Palma | Prácticas de investigación: Cristina Sandino, Juan Carlos Palma, Amanda Piña | Producción: nadaproductions | Distribución internacional, gestión de giras: Katharina Wallisch (neonlobster) | Asesora principal: Marie-Christine Baratta-Dragono | Accounting: Angela Vadori (SMart) | Coproducción: Tanzquartier Wien, deSingel (Amberes), Tanzhaus NRW. | Coproducción de la adaptación chilena: GAM | Asistente de Dirección: Matilde Amigo Fernández

Monolitos Efímeros

Mitad rosado, mitad celeste, una silueta, una presencia, quietud, brillo una suerte de monolito estoico a la espera. Una bruma que lo cubre todo, que esconde, que obliga a enfocar para resaltar, día y noche, un cielo lleno de estrellas, nos recuerda que la luz viaja de este a oeste, el eje primario era Este/Oeste, mucho antes del Norte/Sur. Una lluvia de datos de como hemos ido depredando todo, “los glaciares son vientres de agua” escucho.
Y pienso, ¿cómo en un útero contaminado podría nacer algo? ¿Cómo podríamos cultivar un futuro? Quizás nada es un problema hasta que se hace personal, nos apuntan, nos siguen diciendo como ya nada esta intacto, como la montaña sufre. . . pero si ya no somos parte del mundo, si ya nos hemos complejizado tanto, ¿por qué habríamos de sentir que es un problema? ¿Acaso no es constitución propia del humano la idea del limite? Lo humano nace por limitar, el humano no habita la naturaleza, sino en su domesticación, dominación, ahí donde se esta siendo humano la naturaleza debe replegarse. Incluso en nuestras formas más ancestrales y respetuosas.
Dominar, Regir y Lucrar son ya parte del eje Norte/Sur también l es la inmediatez, lo rápido, lo efímero, los tiempos de lo humano son muy expeditos, lo natural se mueve en la dimensión de lo eterno, las montañas, los árboles, el agua son formas efímeras de lo eterno. Lamentablemente no poseemos el tiempo, la duración suficiente para percibirlo. Difícilmente logramos entonces generar un vínculo, una relación recíproca, la distancia del tiempo es aún más basta que la del espacio podemos alcanzar distancias siderales, ver el cosmos desde millones de años, pero jamás podremos alcanzarlo, es efímero, los humanos con lo eterno sólo se puede relacionar de manera simbólica, la forma de relación matérica con lo eterno nos está prohibida.

Somos transitorios, no encontramos nunca nuestro lugar, por eso debemos crearnos un espacio, también transitorio que limite la eternidad que nos rodea, desde el punto de vista cósmico nosotros no somos, sino que estamos siendo.
Totem, lo divino, pachamama, un vínculo ancestral pero creado para situarnos, para pertene(ser) para continuar la idea de haber sido despojados del paraíso, para transmitir una idea de aquello que ya no somos, que ya no podemos ser, ya no pertenecemos, ahora pertene(estamos)
Hay que imaginarnos una otra forma de ser , encontrar un otro estar, abandonar la nostalgia de haber sido y la terrible consecuencia de no estar siendo.

Cérvix, útero, matriz, glaciar, como despertar un nuevo continente, un nuevo flujo, un nuevo ciclo ¿Cómo imaginarse un nuevo tiempo donde lo efímero no sienta a lo eterno como muerto?.
No es lo tectónico una forma de movimiento, de danza que nos distancia de la ilusión de quietud de loo eterno?
Y si no movemos, si podemos codificar el movimiento porque no nos sentimos parte de lo eterno? como una forma de expresarlo mediante un momento, como una forma de atestiguarlo para luego volver a ser parte?
La extracción puede matar a la montaña, pero sin duda acelera nuestro tiempo, acelerar para llegar a ninguna parte porque ya estamos ahí, ya somos efímero/eternos, el eje Norte/Sur nos acelera constantemente, le aterra la vida sin fin, sin límite, porque lo humano existe en lo liminal y entonces debemos apegarnos a que todo tiempo tiene un fin, una meta y que sentido tiene una meta si no es para llegar a ella lo más rápido posible?

Pero también bailamos, bailamos para perdernos, para olvidarnos, para encontrarnos, para intentar generar una forma de abarcar lo eterno, para crear una suspensión en el tiempo, ritmo, repetición, trance, un monolito vivo y en movimiento, un sacrificio a las montañas para que puedan experienciar lo efímero y puedan ser eternas.
Al final lo monolítico . . . no es una forma de eternidad?
Texto: Nachopeztaña
Fotos: GAM